ESTE CANTO ES HERMOSO, PERO MÁS HERMOSO ES LA HISTORIA QUE HAY DETRÁS DE EL.
La canción de Llorona es un canto popular mexicano originario de la región del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, pertenece al género de los sones Istmeños al igual que La Sandunga. Son versos que nos narran una historia de amor y de tragedia muy representivo de la música regional, pues se dice que el canto está inspirado en un triste relato amoroso del pueblo zapoteca. Cuenta la historia que un chico del pueblo de Tehuantepec fue a una de las fiesta típicas de la región (velas Istmeñas) en la comunidad vecina de Juchitán de Zaragoza y ahí conoció a una joven tan hermosa que salía de la iglesia de San Vicente vistiendo el famoso traje regional de Tehuana (consta de un Huipil, una enagua y un resplandor en la cabeza) tan divina se veía que la confundió con una vírgen.
El joven quedó perdidamente enamorado de ella y por un tiempo se esforzó para conquistar a la muchacha, en un principio era rechazado, pero al final logró conseguir su amor y después consiguió la aprobación de los padres y casarse con ella. Sin embargo, su romance fue interrumpido ya que los vientos de la revolución mexicana soplaron y antes de irse a la guerra, le dijo algo como esto:
“Recuerdo el día que fuimos al río y las flores del campo parecían llorar
Contigo las nubes de mi cielo no son nada, incluso el solo compite con tu sonrisa.
La guerra me está llamando por que La Paz de nuestro país ha sido robada
Volveré a ti y por nuestra futura familia nunca dejaré de amarte
En esta vida y en la muerte”.
-Anexo: La frase "llévame al río" tiene un significado muy particular en esta región, pues es una forma de expresar que las jóvenes parejas quieren consumar su amor, esta tradición se llama "el rapto"
Finalmente el día de partir llegó y cuando él se despedía de ella, el llanto corrió por sus ojos y los suspiros de dolor invadían el rostro de su amada.
Mientras hablaba con ella le tomaba ambas manos al mismo tiempo que la limpiaba con las suyas, las lágrimas que caían por las mejillas de su amada y entonces la llamo “llorona” porque ella no paraba de llorar sabiendo que quizás, no volvería a ver a su amado. Besos y promesas volaron por el aire y el juro que volvería por ella de la vida y la muerte con impunidad total. La joven juró esperar a su novio y casarse con él a su regreso, pero........ él nunca volvió. Tiempo después un amigo mutuo de ellos regresó al pueblo y le dijo: tu novio fue alcanzado por la balas y las heridas eran tan terribles que fue imposible salvarlo. Pero mientras agonizaba me pidió que te dijera que siempre te amara y que por favor lo perdonaras. El le escribió una carta y extractos de dicha carta decían lo siguiente:
- Salías del templo un día llorona cuando al pasar yo te vi,
hermoso huipil llevabas llorona que la Virgen te creí.
En el cielo nace el sol mi llorona y en el mar nace la luna y en mi corazón nace llorona quererte como ninguna.
Aunque me cueste la vida llorona, no dejaré de quererte.
Ay de mí llorona, llorona tú eres mi Xhunca.
Xhunca (del zapoteco, significa mujer pequeña y consentida)
No creas que porque te canto llorona, tengo el corazón alegre,
también de dolor se canta llorona, cuando llorar no se puede,
Dos besos llevo en el alma llorona que no se apartan de mi,
El último de mi madre y el primero que te di.
No llores prenda querida, te esperaré en el horizonte cada madrugada.
Está demás decir que ella lloraba todo el tiempo y nunca volvió a casarse porque esperaba reunirse con su amado en el otro mundo y cumplir su promesa. Las personas de Juchitán cuentan que a ella siempre se le veía penar cada noche a orillas del templo San Vicente, justo en el lugar en dónde conoció a su amado, a una hermosa joven envuelta en lágrimas vestida con su hermoso huipil. El tiempo pasó y la historia fue escrita como una canción folklórica y local, aunque no se tiene certeza como es que la historia se convirtió en melodía. Hay quienes cuentan que la chica esperaba un hijo de su prometido y que al crecer su hijo se convirtió en músico y fue el quien convirtió la historia de su madre en esta pieza musical; otra versión dice que nuestra joven protagonista al quedar viuda tenía varios pretendientes y un joven músico que la cortejaba se inspiró en su triste historia para crear esta melodía y así poder conquistar a la joven con ese detalle, sin embargo se dice que su amor no fue correspondido y el nuevo pretendiente sufría por el amor de su llorona. También cabe mencionar que algunos poetas zapotecos cómo Andrés Henestrosa pusieron su granito de arena en la composición de este canto, haciendo una recopilación de versos ya existentes e incluso añadiendo algunos nuevos versos de su propia autoría. Las versificaciones en la lengua zapoteca son bastante comunes en el son Istmeño y hasta la fecha se sigue haciendo, aquí un ejemplo de los versos en didxazaá (zapoteco del Istmo) de la canción.
"Guria' gidxii Xhabicende ti guela, cayuna ti guna huiini" que en español dice "A orillas de San Vicente /Juchitán (llamado así en el siglo XIX) una noche lloraba una jovencita". Y con el pasar de los años a la llorona se le van añadiendo más versos.
Como podrán darse cuenta este es un canto de amor, de pasión pero también mezcla el sentimiento de melancolía, tristeza, así como la despedida de un ser amado, el duelo y la muerte, es por eso que al escuchar esta canción uno tiene varios sentimientos encontrados ¡No confundir con la leyenda de la llorona! Debido a la similitud de los nombres hay personas que suelen asociar esta melodía con dicha leyenda, sin embargo, la canción no tiene relación alguna con la historia de la mujer que pena por sus hijos pues la pieza musical tiene su propio contexto.
Hoy en día esta melodía se ha convertido en uno de los cantos más emblemáticos del Istmo de Tehuantepec, así como del pueblo mexicano que prácticamente es un himno de luto. Por la temática lúgubre y triste es que el pueblo Istmeño suele tocar este son en las marchas fúnebres pues la llorona representa a la mujer doliente, de igual manera se suele interpretar en los aniversarios luctuosos, junto con otros sones como el Guendanabani, la Martiniana y Dios Nunca Muere, pero en tiempos más recientes la canción de la llorona se suele sonar en la festividad del día de muertos en otras partes de México.