viernes, 1 de septiembre de 2017

A comer : El origen de los tacos al pastor





Este mexicanísimo platillo no es mexicano. Los tacos al pastor, como casi toda la comida de ese país, son el resultado de una interesante mezcla de culturas y tradiciones que convergieron en el tiempo y el espacio… Mientras lees esto, en alguna taquería del mundo el aroma de la carne asada inunda el ambiente. 
Un generoso hombre rasura una enorme pieza de proteína animal con un cuchillo y las finas láminas brincan a una tortilla. Le añade cilantro y cebolla finamente picados y lo corona con un trozo de piña que corta de un tajo y atrapa con el taco. Con delicadeza los pone en un plato y los entrega. Lo único que falta es bañar el taco con salsa, jugo de limón y el plato está listo para su último destino: la boca. En el país donde todo alimento es un taco en potencia, 'el pastor con todo' es uno de los grandes.
 Si bien es un platillo relativamente joven, creado apenas en el siglo XX, la facilidad de su preparación, la rapidez para servirlo y su disponibilidad lo popularizaron. Nacido en Líbano Existen muchas historias y mitos modernos sobre la creación de este taco; el número de restaurantes que dicen ser sus creadores son aún más. A estas alturas resulta difícil rastrearlo con precisión.
 Lo que sí se sabe es que los tacos al pastor nacieron en Puebla, gracias a la comunidad libanesa que llegó México buscando refugio de los conflictos bélicos de aquél país a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. 
 Entre las costumbres con las que cruzaron el Atlántico estaba el shawarma, un platillo elaborado con jugosa carne de cordero, previamente marinada en vinagre y especias, y cocinada a las brasas en un asador giratorio vertical. Dicha preparación puede, o no, acompañarse de pan pita y una mezcla de tabule, hummus, tahini o yogurt para contrastar y cortar la deliciosa grasa que es propia de la carne de cordero.
Por:  Alejandro Maldonado

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